jueves, octubre 26, 2006

Nuevos Desplazados

Hoy en día es común escuchar, con nostalgia, acerca de las inagotables posibilidades que generaban el encuentro de muchedumbres en masa en pro de un interés común y de participación ciudadana, de sentar su precedente de poder frente a gobernantes, injusticias sociales, decisiones políticas, económicas y sociales, etc. Masa actualmente desvirtuada por sus fracasos, no como colectivo que asume acuerdos comunes, sino por sus llamados líderes o caudillos.

Los caudillos caracterizan la masa de sujetos en muchedumbre como una forma flexible y manipulable, de densidad variable con posibilidades de aumentarla, de movimiento y dirección guiada por motivaciones opacas de su líder quien es muy conciente de lograr aunar las ilusiones de grupos diversos en torno a intereses propios e individuales. De igual forma, el individuo ve en su líder una persona corrupta que manipula los intereses generales hacia intereses personales y en el que no encuentra reflejado un reconocimiento de su participación colectiva, es entonces cuando el sujeto inmerso en la muchedumbre se ve obligado a la deserción, es decir el sujeto busca una alternativa de participación y reconocimiento.

La masa como tal desaparece, la reunión es irrelevante y los individuos buscan opciones para su participación, el colectivo se apropia de los mass media (medios masivos) como elemento central de intervención masiva. Pero los medios de comunicación se caracterizan en su función, (Miguel Moragas Spa) por brindar un status social a sus protagonistas, imponer normas sociales, y en su disfunción por sustituir el deseo de actividad (participación) por el de estar informados, es decir la masa ha elegido una dirección equivocada, los medios no son el caudillo ideal que debe representar sus intereses y expectativas puesto que su tendencia esta dirigida mas hacia la homogenización de la cultura. Como lo afirma Sloterdijk “De ahí que en el seno de la sociedad posmoderna esta masa, que ya no se reúne o congrega ante nada, carezca de la experiencia sensible de un cuerpo o de un espacio propios; ella a dejado de percibirse como una magnitud capaz de confluir y de actuar, como tampoco siente ya su physis pulsional; de ella no cabe escuchar ningún grito general.” Si de los medios tradicionales que promueven la unificación de sentidos sociales.

Es necesario entonces considerar alternativas de participación que permita que las audiencias sean reconocidas y tengan la opción de tomar posición, frente a la homogenización de sentidos sociales promovido por los medios tradicionales, en una activa y constante participación hacia la producción de significaciones y la construcción de nuevos argumentos.

Se configura desde lo tecnológico un nuevo espacio en donde estos sujetos que se sienten desplazados, por su insatisfecha necesidad de participación; visionan una nueva alternativa como un camino de democratización y participación para expresar sus ideas e insatisfacciones. Oportunidades de comunicación que se consolidan en una red ciudadana sin carisma, sin caudillo, capaz de repotenciar la masa a partir de una nueva experiencia ciudadana en relación con una nueva experiencia de poner en común los modos de comunicar. Puesto que las iniciativas de actividades colectivas ciudadanas no nacen de las instituciones políticas, gubernamentales o económicas; estas emergen de la participación colectiva en la red, un claro ejemplo es el denominado cacerolazo en Madrid que reunió a más de 50.000 personas en las calles citadinas.

En términos generales, los desplazamientos de sujetos hacia alternativas en cuanto al uso de medios, es la limitante de acceso a los medios tradicionales los cuales se encuentran ligados a una homogenización transnacional que impone estilos de vida, incitación al consumo, e incorporación de viejos contenidos sociales, culturales, religiosos a la cultura del espectáculo, como lo menciona Barbero en su libro de los medios a las mediaciones. En este sentido el sujeto o publico receptor se encuentra al margen de la producción de contenidos y construcción de significados verdaderamente útiles en su comunidad social, dejando los medios en manos de expertos con una concepción instrumentalista que finalmente mutaron a herramientas de información protegidas por la teoría de la información (transmisión de la información) y cuyo accionar es dedicado al análisis del mensaje y el análisis de la recepción (efectos – reacción) y como indica Barbero “dejar fuera del análisis las condiciones sociales de producción de sentido, lo que el modelo informacional elimina es el análisis de las luchas por la hegemonía, esto es, por el discurso que articula el sentido de una sociedad”. El ciudadano no es productor o participe de la producción de sentido social, es alejado del proceso de comunicación y solo es percibido como sujeto en el que se generan efectos y reacciones al recibir un mensaje.

Los individuos pertenecen y son activos en una familia, comunidad, ciudad, cultura y son ellos los que proporcionan el sentido y significado a una sociedad y a su vez son productos de la sociedad, “los individuos producen la sociedad que produce los individuos” (Morin 1994), mas sin embargo la “consolidación del estado de derecho se ha fundamentado en un modelo político de democracia representativa incapaz de incorporar plenamente a los ciudadanos en asuntos públicos, conformando, por tanto, una ciudadanía pasiva” , es decir, el estado es quien define las necesidades, los derechos y las responsabilidades generándose un impedimento a una ciudadanía social y activa en oposición a una actividad sociocultural del individuo reflejada en su interacción y comunicación participativa en comunidad. Por tanto, si los medios tradicionales niegan el uso y participación del individuo en la producción de sentido social, identidad y participación ciudadana, el individuo buscara su participación en dicha producción valiéndose de actividades en Comunidad: barriales o virtuales más allá de sus intereses individuales.

De esta manera vemos como los primeros desplazamientos hacia alternativas de expresión se ven configuradas, no gracias a la democratización de nuestra sociedad ni a la propuesta de Dewey de una educación en miras a una ampliación de la comunicación, sino por que los individuos participes de una colectividad se ven obligados a instaurarlas, es así como en los muros que acordonan la ciudad se ve reflejado la interpretación subjetiva de los sujetos que componen la comunidad, expresando su insatisfacción en un nuevo libro de hormigón, libre de costo, acceso limitado, anónimas o firmadas con seudónimos garantes de su sinceridad.

De esta manera podemos apreciarlo en los múltiples rincones de la universidad tecnológica de Pereira.

Nosotros los sinvergüenzas amigos del mundo (Estudiantes UTP. Galpón 2005) nos declaramos en franca lid en contra de las practicas generalizadas de exclusión de los sectores mas amplios de la sociedad en la toma de decisiones.


Y al que se puede agregar palabras de Omar Rincón

y de ese héroe presidente-presentador-de-teve quien ha tomado de los medios su propuesta de entretenimiento y espectáculo para convertirse en un caudillo mediático, sin argumento ni profundidad, limitando este espacio masivo a una política de soluciones aparentes e insertando a las audiencias en una supuesta realidad sin naufragios.

Con base en lo anterior se puede inferir que el hormigón es insuficiente (limitado de espacio), el tiempo de escritura inadecuado aunque de lectura masiva. Existen entonces dos componentes que hacen de estas hojas de libro encuadernado por los muros de la ciudad, se equiparen, en cuanto a profundidad argumentativa, al espectáculo televisivo. Por tanto si en nuestra comunidad no existe una dialéctica con tensión equilibrada entre el sistema (político – económico - tecnológico) y el mundo de la vida cotidiana (J. Habermas), que fomente el mas alto grado de participación y comunicación inteligente, la colectividad se verá obligada de nuevo, a un desplazamiento, a nuevas maneras de comunicarse, ya no mediados por la tecnología del aerosol ni enmarcados en lo local, sino a través de lo electrónico e inmersos en lo global. Asistimos entonces al nacimiento de una comunidad en Red (virtual), no por tecnofílos o por la espectacularidad de la pantalla, es por resistencia, por participación, por visibilidad, por acceso. Es hacer posible la exhibición excesos y abusos de organizaciones corruptas, es abrir posibilidades a la diversidad y el cambio.

Comunidad red

Entendemos como comunidad un tipo especial de grupo social, un conjunto de personas que persiguen un fin común, para lo cual establecen una red de relaciones producto de su interacción, cuya conducta se rige por un conjunto de normas culturales que comparten intereses, creencias y valores comunes que tienen inherente un componente afectivo (solidaridad y pertenencia).

Si aceptamos la definición de comunidades virtuales hecha por Howard Rhaingold (1983), como agregaciones sociales que emergen de la red cuando un número suficiente de personas entablan discusiones públicas durante un tiempo lo suficientemente largo, con suficiente sentimiento humano para formar redes de relaciones personales en el ciberespacio; se pone de manifiesto una serie de requerimientos específicos para la realización de este tipo de comunidad: interactividad (relaciones), un componente afectivo (personas) y un lazo de tiempo en dicha relación; debemos agregar el espacio de encuentro o escenario en el que se focalizan las actividades, el ciberespacio el que Bárbara Kennedy dice, “es la zona de la cibercultura, en la medida que también es un espacio mental”.

En consecuencia podríamos decir que más que una herramienta para examinar nuestro sentido de realidad, el ciberespacio es una interfase entre el ser humano y el ordenador, pero también es un espacio para las construcciones mentales, es decir, un mundo de vida cotidiana en dialéctica con el sistema.

Entendemos así que las comunidades virtuales se generan a partir de procesos constructivos, de participación y colaboración, en este sentido agregamos que cuanto mayor sea la interacción mayor será la mutua construcción de este fenómeno, individuos – medio. Es necesario agregar el concepto de conectividad, como requerimiento imprescindible para la comunicación, tanto tecnológica como cultural para que dos personas o mas se pongan en contacto, conversando o colaborando. Kerck Hove explica que la conectividad es un estado humano muy similar al de la colectividad o al de la individualidad, solo que la tecnología hoy en día hace explícita y tangible esta condición natural de la interacción humana en un entorno artificial idóneo, en el que además, se constituya nuevas identidades sociales producidas por el mestizaje, ya no biológico sino conceptual y cultural (diversidad).

Las comunidades virtuales se conforman como un espacio de identificación y colaboración no sólo académico sino también en el trabajo, eventos sociales, interpretación de dificultades individuales y sociales, así se hace más cercana la idea de la influencia (no sólo de los medios masivos) de los contactos grupales (Moragas Spa). Tales espacios están vinculados y definidos no a través de la tecnología sino a través del modo en que las comunidades se forman e interactúan dentro de ellas.

La posibilidad de establecer comunicación y de la libre creación por parte de los miembros de la comunidad se establece como una de las características principales en la construcción de sentido, Barbero afirma: “en una comunidad virtual es enteramente legible el proceso productor de significaciones”, y de construcción de nuevos argumentos desde la perspectiva de la colaboración en cuanto a desarrollar posiciones, en donde el usuario es productor y sus enunciados pueden ser manipulados y transformados en un nuevo argumento de retorno. La expresión se convierte en una interrelación comunicativa en donde las posturas individuales se ven afectadas por la transmigración cibercultural. El actor de este proceso comunicativo trasciende lo local y no es abarcado por las diferentes categorías utilizadas en los estudios de comunicación (emisor – receptor, productores – audiencias, propietarios – públicos) y se conjuga una nueva alternativa no gracias al medio, sino gracias a la necesidad del hombre de establecerla, de requerirla, de tomar posición, es decir, de sentirse reconocido.

En conclusión esta nueva alternativa se caracteriza por la migración a mundos posibles de comunicación y construcción de significados, por la integración de multitudes en contacto simultáneo, por la interacción de grupos en la que todos poseen las mismas posibilidades de participación y producción, todos comparten significantes en un ambiente de colaboración. “Se generan posibilidades de dinámicas comunicativas tribales y favorece la emergencia de nuevos símbolos y mensajes, de nuevas formas de solidaridad y participación.” Es un espacio comunitario en el que se manifiesta la diversidad y la particularidad en un entorno de libre expresión para todos.